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- Entrevista con Bryan Vindas, Premio Nacional de Dramaturgia 2016
Fecha de última actualización: 09/06/2017


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Serie Premios Nacionales de Cultura 2016
Entrevista con Bryan Vindas, Premio Nacional de Dramaturgia 2016
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"Construyo
oportunidades desde la honestidad de mi trabajo"
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San
José, 15 de mayo de 2017. Aficionado al fútbol, interesado
en mejorar su país a través de su trabajo y con una fuerte creencia de que su
talento para las artes y el teatro es un componente genético con el que ha
nacido, así se define Bryan Vindas Villareal, joven con múltiples sueños y
aspiraciones.
A sus 26 años, este originario
de la Aurora de Heredia, procedente de una familia humilde pero luchadora -de
la que siempre recibe un apoyo importante-, resultó ganador del Premio
Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría en la categoría de Dramaturgia
2016, por su obra más reciente: "Tres pesadillas de un hombre con cabeza de
gato".
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La Oficina de Prensa y Comunicación tuvo la oportunidad de conversar con
este actor, director y dramaturgo, para conocer más sobre su obra. Vindas
reside actualmente en Ciudad de México, donde cursa sus estudios superiores.
Acerca de cómo surge el interés por desarrollarse como dramaturgo y lo
que lo llevó a crear la propuesta con la que gana el Premio, Vindas
señaló que esa obra responde a una necesidad personal de acercarse a
temas o elementos de la historia de
Costa Rica, los cuales consideraba importantes e incluso lo motivaron a
descubrir qué trabajos se habían hecho en el país respecto a ciertos temas,
quién y cómo los habían abordado.
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Tras años de muchos trabajos, de los cuales afirma que casi ninguno es
realista del todo, uno de sus últimos montajes, "Sueño de una noche de
verano", del dramaturgo inglés, William Shakespeare, recibió recientemente el
reconocimiento que el jurado del Premio Nacional de Teatro Ricardo Fernández
Guardia 2016 otorgó en la categoría de Dirección. Según la resolución es "un
increíble trabajo de gran gusto y con una unidad de estilo, una dirección no
solo del espacio escénico y de cada imagen presentada en la obra, sino
también un limpio trabajo actoral del elenco que permite un disfrute total.
Presentando al espectador un espacio escénico en congruencia con el
desarrollo del mensaje, la obra y riqueza de la puesta en escena".
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Todo inició aproximadamente en 2015, cuando recién había terminado un
proyecto con la UNESCO en México, había viajado mucho y cada vez que viajaba
me daba cuenta que otros dramaturgos hablan sobre esas cuestiones incómodas:
el dolor, la nostalgia, la memoria. Al
terminar mi bachillerato, decidí profesionalizarme aún más y obtener
la licenciatura en dramaturgia, ya que quería iniciar con una mayor construcción de conocimiento en
esta disciplina.Luego por razones personales, decidí hablar sobre la violencia
y sobre el dolor.
Es así como empiezo a investigar sobre qué elemento importante de
violencia ha habido en Costa Rica y bueno, aparece lo lamentable, cada cierto
tiempo se presenta un ciclo o una ola de feminicidios en el país y es como
"si no pasara nada".
Decidido por estos temas, enfocó su proyecto en asesinatos que marcaron
la historia del país, como los acontecidos en la Cruz de Alajuelita en la
década de los ochenta, los crímenes vinculados con el llamado Psicópata y el
estrangulador que presuntamente asesinó a una serie de mujeres en las calles
de San José en 2015. Durante el proceso de investigación, el autor resalta
que descubrió un hecho común que captó su atención: los feminicidios más
conocidos en Costa Rica se presentan en períodos relativos entre sí; como si
conformarán ciclos definidos por décadas.
"Lo explico como una euforia que de repente empiezan a morir mujeres y
existe un morbo acerca de cómo se dan los crímenes, que tal vez sería
distinto si las víctimas fuesen hombres. Cuando esto termina, por qué es que
no atrapan al responsable y simplemente
todo se desvanece y vuelve a la ‘normalidad’", destacó el autor.
Señala que su trabajo expone la impunidad en los crímenes y el aumento de
la violencia en los hechos, esto en razón de que "al no haber atrapado al
primer asesino y no tener consecuencias de sus actos, el segundo se alimenta
y crece, igual el tercero y así consecutivamente. Cada uno de ellos crece y
se vuelven cada vez más violentos", afirmó.
Para él, esta obra muestra cómo se acrecientan los actos de violencia y
cómo se llega hasta a un punto de indiferencia y más preocupante aún, al
"costumbrismo" ante sucesos macabros, que poco a poco carcomen la sociedad.
Vindas indicó que el proceso para crear la obra implicó mucho esfuerzo y
dedicación, ya que fue un trabajo académico muy fuerte debido a la
investigación, recopilación de informaciones, entrevistas y la
sistematización de datos. Además, era necesario pensar en la estrategia de
escritura, ya que contaba con una perspectiva compleja sobre lo dureza de la
realidad descubierta y debía evaluar bien cuál sería el abordaje artístico de
estos temas.
"Esto lo aprendí del dramaturgo Arístides Vargas, quien me decía: ‘cuando
tienes un material importante a nivel humano, tienes que pensar en cómo
generar ficción a partir de ese material, para no lastimar’. Entonces, ahí
entran elementos como las metáforas. En la obra, una de las escenas que más
me acuerdo y que para mí lo vale todo, es la del juicio; esto por el uso de
las metáforas y diferentes elementos que ayudan a contextualizar al lector",
indicó Vindas.
Para este dramaturgo, el aumento de la violencia y la deshumanización en
la sociedad, resulta algo muy difícil de abordar. "Hay una cuestión compleja
entre el papel que juegan elementos como los medios de comunicación, el
humanismo y las redes sociales; y de cómo muchas veces la misma tecnología en
vez de convertirse o potenciarse como un aliado para la denuncia o para
promover acciones contra la violencia, se transforma en un elemento
negativo", recordó.
Considera que la violencia de género y el objetivizar a la mujer, son
parte de las mayores problemáticas sociales más graves que enfrenta el mundo.
"La oportunidad de vivir y estudiar en México me ha demostrado que por
ejemplo, mueren nueve mujeres al día, víctimas de violencia, tan solo en el
Estado de México. Esto es lamentable y lo preocupante es que te da una idea a
futuro de lo que nos puede pasar en Costa Rica, si no se toman acciones para
reducir los índices de violencia. Por estos mismos temas, ahora que estoy en
México estoy llevando unos cursos de intervención en espacio público que
pueden servir para accionar y detonar cambios que se vean reflejados en la
sociedad para disminuir la violencia.Necesitamos generar un cambio y pronto",
reflexionó el artista.
Enfatizó además en la importancia que poseen los valores, la formación
familiar y la educación, como elementos generadores de cambio que permiten
derribar los estigmas y patrones machistas en el proceso de erradicación de
violencia en sus diferentes formas.
Desarrollo profesional y nuevos retos. Respecto a su experiencia como actor,
escritor, director de teatro a tan corta edad, e incluso acreedor de reconocimientos como el Premio de
Dramaturgia Inédita otorgado por el Teatro Nacional de Costa Rica y recientemente
del Premio Nacional de Dramaturgia 2016, Vindas relata que sus logros se
deben a la disciplina, constancia y resistencia que se tiene cuando se
trabaja como artista.
"Costa Rica tiene algo que no tienen muchos lugares, que es el enfoque en
la parte humana dentro del proceso educativo. Creo que he topado con
profesores que son muy estrictos, pero que me han enseñado muchísimo a lo
largo de mi carrera; motivo por el cual estoy agradecido", señaló el joven.
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A manera de anécdota, relata cómo su profesor Carlos Salazar lo motivó a
continuar con su carrera, en un punto donde debido a situaciones personales
se cuestionó su permanencia en las artes escénicas. "Cuando estaba en segundo
año, sufrí una lesión en un brazo, que junto a varias situaciones por poco me
hizo replantearme el dejar la carrera, pero Salazar logró motivarme de nuevo
cuando un día llegué por mis notas y me esperaba con el libreto de la obra
que él iba a dirigir y en la cual quería que actuara", recordó Vindas.
Experiencias como ser dirigido por profesionales como José Pablo Umaña o
actuar junto a Manuel Ruiz, ambos referentes artísticos para Vindas, forman
parte de los momentos que aportaron valiosas enseñanzas en su proceso de
formación como artista.
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"No podría definir un solo
elemento a destacar como detonante de mi crecimiento profesional, porque han
sido varios los que se han encadenado. Hay una cuestión académica, de
formación, de técnica, pero hay algo muy instintivo y acá en México lo estoy
aprendiendo; que es esa forma de construir oportunidades desde la honestidad
de mi trabajo y el arriesgarse", reflexionó el joven dramaturgo.
Agregó que se encuentra en un
momento muy importante en su vida, debido a que está en un proceso de crecimiento personal
y profesional, por la maestría que actualmente cursa en el extranjero.
Reafirmó que parte importante de este proceso consiste en asumir esos nuevos
desafíos, abrir nuevas puertas no solo en cuanto a conocimiento sino a
experiencias, así como a la posibilidad de conocer nuevas personas, compartir
y actuar con excelentes actores.
Acerca del Premio Nacional de
Dramaturgia 2016, con mucha naturalidad, el joven recordó la mañana de
febrero cuando se realizó el anuncio de los galardonados a los premios y
compartió su anécdota de ese momento.
"Ese día me conecté por internet
para ver la transmisión en vivo del anuncio de los ganadores. Estaba
conectado en línea, esperando a que anunciaran a los ganadores, pero en ese
momento me doy cuenta de que ya tengo que salir para la universidad y
justamente escuchó que dicen: "por feminicidios..." y luego se cortó la
transmisión. En ese momento se da en mí un estallido de energía y alegría que
aún tengo dentro porque no escucho mi nombre, pero al momento de adelantar la
transmisión cuando dicen el nombre de mi obra, se dio esa mezcla, esa
nostalgia, felicidad, alegría; de todo un poco", recordó Vindas con una
sonrisa en su rostro.
Además, destacó que este
reconocimiento tiene un valor significativo para su vida; representa una
felicidad enorme, pero también con humildad -resaltó- que representa una
responsabilidad como artista, ya que lo lleva a comprometerse mucho más con
su trabajo y calidad de futuros proyectos.
"Lo he asumido desde un punto de
vista muy positivo; tengo que seguir trabajando, es un gran inicio en los
seis años de carrera que tengo. Acá soy un estudiante que debe de seguir
enfocado en trabajar, sin agrandarme y tomarlo desde la humildad y la
honestidad. Es una enorme responsabilidad, ganar un Premio Nacional me
posiciona como uno de los dramaturgos más importantes del 2016, lo que hace
que mi trabajo y lo que hago acá tiene que destacar porque estoy
representando a Costa Rica a través de mi trabajo; además de que me abrirá
puertas y nuevas oportunidades", afirmó.
Enfatizó que los premios, "si
bien son reconocimientos a los esfuerzos, es importante ‘centrarse’ en los
objetivos, conservar la humildad y sobre todo, el deseo y empeño de trabajar
arduamente por el sector y generar nuevas propuestas", explicó.
"Considero que seguiré
trabajando siempre ligado al país, con ganas de ‘escarbar y ser antropólogo’;
descubrir de lo que nadie ha escrito, cuestionarlo todo y hacer que las cosas
sean posibles", señaló Vindas.
En cuanto al crecimiento del
sector teatral, este joven menciona a referentes como Ana Istarú, Melvin
Jiménez y Sergio Masís, quienes a su criterio han brindado un aporte
significativo en la construcción de espacios para la dramaturgia y teatro,
pero también destaca la necesidad de que las nuevas generaciones se
empoderen, realicen sus nuevas propuestas y esfuerzos que enriquezcan el
sector.
"Para mí, es importante publicar
porque tenemos que dar a conocer qué se habla del teatro centroamericano,
pero más importante, qué se habla, qué se teoriza y qué se escribe sobre
el teatro costarricense", amplio
Vindas.
Respecto a las nuevas
propuestas, temas y los enfoques tanto de su trabajo como lo que deben de
considerar los colegas, señaló: "como dramaturgos debemos entender y hacernos
la pregunta hacia qué público nos dirigimos y lo más importante que aprendí
es seguir la voz de uno mismo; esa poética que tiene que tener todo artista
y, en mi caso, esa voz de dramaturgo. No quiero parecerme a nadie, tengo
referencias de grandes dramaturgos pero quiero hacer lo mío. Quiero escribir y que cuando se pongan en escena
estos trabajos se refleje y evoque esa voz de honestidad del dramaturgo",
enfatizó Vindas.
Acerca de su mensaje para los
jóvenes escritores, actores, dramaturgos; así como todas aquellas personas
que están luchando por alcanzar sus metas, Vindas sugiere que "todos debemos
aprender a superar los miedos, los obstáculos, evitar que el ganar premios se
te suba a la cabeza y más bien motivarse para seguir escribiendo o haciendo
las cosas posibles, desde la voz de uno mismo, desde la sinceridad y
honestidad. Si le das forma a esa voz, los resultados son increíbles",
concluyó el dramaturgo.
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Producción - Oficina de Prensa y Comunicación - MCJ /
Consecutivo 157 / MAC / 15-5-2017
   
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